Cuando pudimos entrar sin hacer la larguísima cola nos pareció sentir unas cuantas miradas antipáticas.
Cuando tocamos el sillón de algún virrey y nos rezongaron con el altavoz sentimos otras miradas antipáticas que nos seguían.
Cuando nos reímos de la Virgen de Luján vestida con una bandera argentina las miradas antipáticas nos acribillaron.
Cuando se me escapó "mirá que rictus horrible en ése busto de Evita" decidimos que era el momento de irnos.

de la serie "On the road" (4)
dedicado a mis hermanas "chivas leprosas", Lucila y Silvia.